Desde un punto de vista empresarial, Huawei es la compañía de telefonía móvil con mejores augurios para 2019.
Su balance fiscal le hace soñar con convertirse en pocos meses en el mayor fabricante de smartphones del mundo y las cuentas siguen sumando. Los usuarios están encantados con sus nuevos modelos, que se agotan en pocas horas, desde que son puestos a disposición de compra online en los países donde opera.
Sin embargo, su imagen exterior sigue siendo un poema. Tras la detención en Canadá de su vicepresidenta, las acusaciones de fraude siguen planteando un dilema para los Gobiernos trabajar con la empresa china.
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Huawei y el polémico desarrollo de la tecnología 5G
Todo gira en torno a la nueva fase de la tecnología de navegación a Internet, conocida como tecnología 5G. Huawei intenta consolidar su posición como líder en el desarrollo de esta tecnlogía.
Aseguran desde la empresa china, que ya disponen de modelos de teléfono con una tecnología híbrida, compatible con 4G y 5G.
Además, se siente con capacidad de ayudar a los países a desplegar redes inalámbricas de 5G, con el fin de acelerar el desarrollo de esta tecnología en los territorios que así lo deseen.
Pero algunos países no lo ven con buenos ojos. Por ejemplo, desde Australia se ha prohibido a Huawei participar en el plan de implementación de tecnología 5G. No parece que vaya a ser el único caso.
El problema es que realmente es la empresa más adelantada del sector tecnológico para el 5G. Pese a que ya hay competencia incipiente, la empresa china es la única en abarcar todas las fases de desarrollo, incluyendo la fabricación de los componentes necesarios.
Los usuarios de móvil, cada vez más contentos con Huawei
Otro mundo parece representar el mercado de telefonía móvil. Los usuarios están muy satisfechos con los nuevos modelos de la compañía, que se venden a un precio a veces inferior al 50% del importe de un modelo de alta gama, al que no tienen nada que envidiarle.
Huawei vendió en 2018 hasta 208 millones de smartphones y la facturación de la compañía ascendió a los 52.000 millones de dólares.