El sector energético fue testigo hace tiempo de una importante fusión entre dos de sus más importantes empresas, Gamesa y Siemens. Hasta el momento, esta unión empresarial no había podido ofrecer amplios signos de rentabilidad, pero el balance del último ejercicio fiscal es más positivo.
Este periodo, que abarca desde octubre de 2018 hasta septiembre de 2019, ha permitido que la compañía resultante, Siemens Gamesa, presente el doble de beneficios que en el periodo anterior.
Un respiro puntual para Siemens Gamesa
El hecho de que ahora dé beneficios no es para Siemens Gamesa un comodín perpetuo, de hecho solo es un salvavidas en una temporada de tempestad.
Estos beneficios obviamente están ligados a un aumento de las ventas, según informan, de todas sus líneas de negocio, destacando sobre todo en la especialidad de energía eólica marina, conocida en el sector como «negocio offshore».
Sin embargo, la comparación con el año pasado también debe exponer que aún se sufrían ajustes derivados de la fusión entre ambas empresas, por lo que era impensable que durante ese periodo se obtuvieran beneficios notables.
Por otro lado están las expectativas de futuro, que no son excesivamente buenas. De hecho, Siemens Gamesa ha expuesto que sus próximos datos económicos serán inferiores en 2020, lo que ha provocado una caída en Bolsa que ya supera el 10%.
Más de 10.000 millones en cifra de negocio
En todo caso, los datos actuales sí son positivos. Su cifra de negocio ha conseguido crecer más de un 12%, superando con ello incluso los 10.000 millones. En concreto, ha conseguido una facturación de 10.227 millones de euros, todo ello dentro de los planes que estableció la empresa.
Por ejemplo, las inversiones se han mantenido en menos del 5% de las ventas, quedándose así en 498 millones de euros, tal y como se estableció en la estrategia comercial que Siemens Gamesa había planificado.
No obstante, la compañía advierte de situaciones internacionales que han afectado a sus cuentas en la actualidad. La demanda energética del sector eólico es una de ellas, precisamente por su volatilidad. No obstante, desde la empresa también se identifica la incertidumbre política, la incertidumbre de mercados europeos como el español o el alemán, así como la poca estabilidad de otros más recientes en el sector como Brasil, India o México.