Becsa y la reducción de ruido en las ciudades
El problema de contaminación en las ciudades ha alcanzado un nivel de alerta máximo. Algunas ciudades como Pekín o Irán han llegado a tener que tomar medidas extremas para proteger la salud de sus ciudadanos. En España la alerta también se mantiene aunque ya se están adoptando soluciones de diferente tipo para intentar minimizar el impacto futuro de la contaminación.
No obstante, no sólo la polución es un problema como tal de contaminación, a ella hay que unir el problema del ruido que, a su modo, crea la denominada contaminación acústica, tan problemática en las principales ciudades del país.
En relación a este problemático asunto, la empresa castellonense Becsa, especializada en infraestructuras, construcción y eficiencia energética, se encargará de una investigación centrada en el estudio de materiales ligeros de última generación que por sus características permitan reducir la contaminación acústica en las grandes ciudades.
Contenidos:
Proyecto F2URBAN con Becsa
Materiales becsa | 2015 | 2016 |
Planta Hormigones | 1002 | 1654 |
Planta Aridos | 1420 | 2541 |
Planta Morteros | 988 | 1584 |
Ante la alarmante estadística presentada por la OMS, organizaciones e instituciones de todo el mundo están invirtiendo todo lo posible para revertir la situación. El Proyecto F2URBAN es uno de los más recientes ejemplos que afecta a España.
Este proyecto cuenta con la colaboración del grupo de investigación acústica del Centro de Tecnologías Físicas (CTF) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), así como Isoltec (empresa castellonense especialista en acústica), con Becsa como parte responsable del desarrollo del proyecto.
El Proyecto F2URBAN, además, cuenta con el apoyo del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial), que depende directamente del Ministerio de Economía y con una cofinanciación de FEDER (Fondos Europeos de Desarrollo Regional).
Este proyecto en el que participa Becsa, que cuenta con un alto componente de I+D tiene que conseguir que las condiciones sonoras de los actuales entornos urbanos mejoren lo suficiente como para que el ruido ambiental se reduzca concretamente 12 decibelios. Para ello, se aprovechará otro proyecto de Becsa en el que se está desarrollando pavimentos urbanos sonorreductores, partiendo de la utilización de residuos de la construcción y demolición (RCD).
Cada actor del Proyecto F2URBAN tiene sus propios objetivos de actuación. De esta forma, el Centro de Tecnologías Físicas tendrá que evaluar la respuesta en laboratorio de las soluciones que se hayan diseñado en el proceso. La tecnología resultante debe basarse en la aplicación de un novedoso concepto de cerramientos ligeros multicapa a elementos flexibles como telas y membranas. Por su parte, Isoltec ofrecerá la parte de asesoramiento profesional necesario para el diseño del desarrollo.
La propia ciudad de Castellón tendrá su función, dado que en ella se realizarán dos pruebas piloto a escala real. Si los resultados extraídos de la teoría coinciden con las ventajas de su aplicación práctica, el Proyecto F2URBAN habrá sido todo un éxito. Primero se probará en el sector servicios y después en actividades de la construcción.
No obstante, todavía queda mucho para que este proyecto en el que participa Becsa muestre algún resultado práctico. Se calcula que necesitará al menos 2 años para que este intento de reducción de la contaminación acústica consiga llevarse a cabo.
Casi el 30% de la población soporta más ruido del que debería
La situación de la contaminación acústica es más grave de lo que se podría pensar inicialmente. Un informe del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medioambiente identifica un 27,7% de la población afectada por este problema, debido a que soporta un nivel de ruido sensiblemente superior al que debería, según los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Lejos de lo que pudiera parecer una simple molestia urbana, las condiciones ambientales suponen la muerte de uno de cada cinco europeos y la contaminación acústica es la segunda causa más nociva, después de la contaminación del aire.
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