Este año 2018 está siendo decisivo para las empresas tecnológicas. Los cambios que se avecinan en la protección de los datos de los usuarios, derivados de la crisis de Cambridge Analytics y Facebook, podrían desestabilizar el negocio de estas compañías.
De momento, el balance fiscal del primer trimestre no refleja nada de esto, dado entre otras cosas a que la crisis estalló realmente a mediados del mes de marzo y ha sido desde abril cuando más se está notando en la práctica económica de las empresas.
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Un 73% de crecimiento para Google
Una de las primeras empresas tecnológicas en informar sobre sus resultados en el primer trimestre de 2018 ha sido Google. La compañía anuncia un incremento de sus ganancias en un 73% en comparación al mismo periodo del año anterior.
El beneficio de Google alcanza así en los 3 primeros meses del año los 9.400 millones de dólares, mientras que en el balance de los ingresos el crecimiento es mayor, hasta los 31.150 millones de dólares (un 26% más).
Alphabet se recupera de pérdidas
La compañía, denominada desde hace un tiempo Alphabet, ha conseguido así recuperar terreno perdido en el último tramo del año 2017, cuando registró pérdidas de 3.020 millones de dólares.
Por aquél entonces, la reforma fiscal fue el principal argumento que justificaba una situación desfavorable. Era de esperar, que el auge de la compañía y del sector en general, motivasen un incremento en las ganancias a principios de año, aunque realmente la cifra es imponente.
Ahora queda por ver cómo le afectará, igual que al resto de tecnológicas, la crisis de Cambridge Analytics y la evidente necesidad de proteger mejor la información de los usuarios.
Un sector en una encrucijada
El margen de beneficio descendió 5 puntos hasta el 22%. El motivo es que la rentabilidad económica del negocio se ve lastrada por la imposibilidad de reflejar en dimensiones y cantidad la misma publicidad en los pequeños dispositivos portátiles.
No obstante, Alphabet también ha entrado en gastos, como la compra de un edificio para instalar su sede en Nueva York por 2.400 millones de dólares.