¿Se puede ser emprendedor y jubilado?. Andrés Villamarín de 72 años es el vivo ejemplo de que sí se puede.
Andrés Villamarín, un madrileño de Aranjuez, ha inventado un sistema de ladrillos de homigón con los que se puede edificar en menos tiempo, ahorrando éso, tiempo y dinero. Andrés ha inventado un modelo de ensamblaje con ladrillos que se parece mucho al de los conocidos Lego.
Conexiones
Unos ladrillos se unen a otros con un sistema de conexiones que permite insertarlos con tornillos, aportándoles una mayor solidez, estabilidad y una cualidad extra única, una dureza suficiente para dar una buena respuesta en el caso de los movimientos sísmicos.
Los ladrillos de Andrés Villamarín son antiterremotos. Ladrillos antisísmicos, como él los llama. Sus ladrillos antisísmicos están patentados, le ha costado tres años de trámites legales, pero al final lo ha conseguido.
Cemento interno
Andrés Villamarín ha diseñado sus ladrillos previendo un espacio interno libre que ha de ir relleno con el cemento y que aporta una solidez básica para las estructuras. Las uniones con los tornillos serían la pieza fundamental que mantendría las construcciones en pie cuando fallara el cemento. Literalmente, los ladrillos antisísmicos se enganchan.
A Andrés Villamarín la bombilla se le encendió un día cuando iba paseando por su Aranjuez. Vio como en una obra tardaban una media de 30 segundos en colocar un ladrillo. A él aquello le pareció un disparate. Con su fórmula de ladrillo antisísmico, la tarea queda reducida a sólo seis segundos.
Respuesta perfecta
Los ladrillos antisísmicos ofrecen una buena respuesta a las vibraciones, a los corrimientos, a las expansiones, a los empujes desde cualquier ángulo y a la misma destrucción de los cimientos. Se trata de una solución constructiva perfecta para aquellos lugares del mundo expuestos a los movimientos sísmicos y con grandes concentraciones urbanas.
Y sí, se puede ser emprendedor jubilado. La emprendiduría no tiene edad.
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