La temperatura ideal es uno de los principales factores que hace que el tiempo que estés en un espacio, ya sea nuestro propio hogar o en el comercio donde trabajamos, resulte algo placentero. La climatización de viviendas, locales y oficinas es una práctica no sólo común, sino recomendable tanto para nuestro bienestar como para potenciar la motivación y el rendimiento a la hora de realizar tareas o trabajos. Sin embargo, es muy normal que surjan dudas a la hora de determinar el tipo de climatización más adecuado entre todos los que hay para elegir.
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Climatización: diferentes fuentes de energía
En función del tipo de inmueble del que dispongamos y de muchos factores concernientes, por ejemplo, al mismo clima de la localidad donde nos encontramos, las necesidades serán unas u otras. Al margen de este hecho infranqueable, que deberemos analizar con precisión, también es cierto que en ocasiones la decisión termina por decantarse por otros factores, como por ejemplo el tipo de energía que preferimos para nuestros sistemas de climatización.
Desde las energías fósiles hasta el gas, pasando por las diferentes energías renovables o la hibridación de los mismos, las alternativas para obtener tanto calefacción, como refrigeración como agua caliente sanitaria son múltiples, y cada una de ellas tiene sus propias características.
Diferentes contextos, diferentes climatizaciones
Tal y como hemos señalado, son muchos los aspectos a tener en cuenta a la hora de valorar el tipo de sistema de climatización. Por ejemplo, no será lo mismo tener producir calefacción para una casa unifamiliar que para un hogar en piso y que, además, sea de pequeñas dimensiones. Los hábitos de los residentes también son muy importantes; para un piso pequeño en el que la vida transcurre en su mayor parte en el salón, es probable que se quiera apostar por un sistema sencillo y poco costoso, ya que el uso que se le va a dar es muy limitado. En este caso podríamos estar hablando de un sistema de splits (una unidad interior colocada de forma estratégica en el salón) o incluso de un radiador (siempre y cuando el espacio a calefactar sea muy reducido. En cualquier caso, los inquilinos deben asegurarse que el aislamiento es óptimo para no perder calor.
En el caso de una vivienda unifamiliar en la que se quiera optar por un sistema de energía limpio que proporcione tanto calor como frío y agua caliente sanitaria, una buena opción sería la bomba de calor basada en la aerotermia. Este sistema utiliza un 80% de energía eólica y la convierte en energía para cubrir las necesidades de climatización de la casa.
Por otro lado, tampoco hay que olvidar el gran abanico de (distintas) necesidades que surgen a la hora de climatizar un negocio. Principalmente porque existen muchos tipos y, dependiendo de la actividad a desarrollar, pueden ser requeridas ciertas características ineludibles. Por ejemplo, en el caso de un restaurante es esencial tanto una buena climatización como la ventilación, para facilitar la dispersión de olores que puedan incomodar a los clientes. Existen muchas opciones, como las basadas en bombas de calor aire-agua que aseguran el confort en todos los frentes y que, además, tienen un bajo consumo. También existen sistemas que permiten hasta cuatro unidades de interior (que pueden ser diferentes tipos) y que se pueden colocar de la manera que mejor se adecue a las características del local.
Algunas de las características que deberemos revisar antes de decantarnos por una opción u otra son el consumo del sistema y su rendimiento, que sean lo más sostenibles posibles para no impactar de forma negativa en el medio ambiente, que sus niveles sonoros no resulten molestos y que su diseño nos permita colocarlos en la estructura del local sin mayores dificultades.