El pasado 27 de diciembre de 2016 la actriz Carrie Fisher falleció a los 60 años de edad, por problemas derivados de un infarto sufrido en pleno vuelo. La artista era mundialmente conocida sobre todo por su papel de princesa Leia en la saga de películas Star Wars (La guerra de las galaxias).
A nivel empresarial el suceso no tendría consecuencias más allá de decidir qué hacer con el papel de Leia en la película Star Wars XIX, que no ha comenzado el rodaje todavía. Hay que entender que Walt Disney inició la revitalización de la saga tras comprarle a George Lucas los derechos de uso, con una continuación oficial denominada Star Wars VII: El despertar de la Fuerza, en la que Fisher retomaba su papel característico.
Un seguro de 50 millones de dólares
Lo que realmente importa a nivel económico es el seguro firmado con una indemnización hacia Wat Disney, quien contrató a Fisher para la interpretación de la actriz en las tres siguientes películas. Si bien la VII se estrenó sin inconvenientes y todo parece apuntar a que la VIII también cuenta con todas las escenas de la actriz completamente grabadas, todavía queda por rodar la XIX y es aquí donde Walt Disney tiene a la ley de su parte.
Independientemente de que la muerte de la actriz sea un grave suceso para todo el séptimo arte y, en particular, para toda su familia por la pérdida sufrida, Walt Disney se había cubierto las espaldas correctamente, al intentar paliar el desastre económico que puede conllevar este suceso con respecto a la taquilla recabada.
El contrato estipulaba que, si por fallecimiento, la actriz no pudiera rodar las 3 películas, la empresa contratante (Walt Disney), recibiría en compensación unos 50 millones de dólares. Por tanto todo parece apuntar a que Star Wars recibirá dicho importe por parte de la aseguradora que soportaba la póliza del seguro de vida de la actriz.
Sin embargo, la enorme cantidad de indemnización se queda muy atrás de las posibles consecuencias de la marcha de Fisher, sobre todo teniendo en cuenta que Star Wars VII alcanzó los mil millones de dólares de ingresos y la sustitución por otra actriz no parece algo viable.